Amy Breckon, directora de proyectos de Alliance, asistió a la Cumbre de mariscos SeaWeb 2019 en Bangkok, Tailandia, la semana pasada. A continuación, reflexiona sobre su tiempo en la Cumbre y cómo nuestras colaboraciones pueden fortalecerse para impulsar el impacto en el espacio de los productos del mar sostenibles.
El lunes por la mañana, me senté en la oficina de mi casa en Napa, California, con una gran taza de café. Tenía los ojos caídos por el desfase horario, pero después de una semana en Tailandia en la Seafood Summit, estaba lleno de nuevas conexiones, reconexiones, momentos ah-ha y nuevas ideas sobre cómo podemos colaborar para lograr un impacto en el movimiento de mariscos sostenibles.
En la Cumbre de este año, se compartieron conceptos, herramientas y estrategias que se están empleando en contextos de todo el mundo, desde elevar y responder a las voces de los trabajadores; a las herramientas del mercado que aclaran las expectativas del comprador y comprometen a los proveedores de manera más eficaz; a colaboraciones regionales en todo el mundo. Aprender de estas diversas estrategias ayuda a pintar una imagen colorida y diversa del amplio panorama de los productos pesqueros sostenibles, una perspectiva que es fundamental para identificar de manera efectiva las oportunidades para que la Alianza se organice para lograr un impacto colectivo.
Pero la verdadera magia de la conferencia fue la narración que envolvió las presentaciones más analíticas en un contexto de gran realismo y experiencia humana. Los pescadores que sobrevivieron a la esclavitud y el abuso asistieron a la conferencia y contaron sus historias, dejando en claro la necesidad de políticas gubernamentales y corporativas sólidas que protejan a los migrantes de los terribles abusos que están sufriendo actualmente y que involucren y empoderen a los pescadores en las cadenas de suministro. En el otro extremo del espectro, las historias de comunidades pesqueras de todo el mundo que están viendo un valor agregado en sus capturas, mejores medios de vida y la protección del patrimonio pesquero, muestran el potencial de las empresas con mentalidad sostenible para hacer las cosas de una manera diferente y más responsable. y de manera justa, proporcionar a los consumidores conscientes pescado que pueden sentirse bien poniéndolos en sus mesas.
Con todo el alboroto de la semana pasada, he dado vueltas a una pregunta en mi mente: ¿qué deberíamos estar haciendo de manera diferente? Aquí hay cuatro ideas que me vienen a la mente:
- demostrar mejor que invertir en pescadores y pesquerías tendrá un retorno de la inversión que hace que valga la pena
- crear un espacio seguro para ventilar los conflictos y facilitar el compromiso y los caminos hacia la colaboración
- aprender de otras iniciativas y sectores (como aceite de palma, algodón y manufactura)
- Los problemas ambientales, sociales y económicos están íntimamente relacionados entre sí y no deben considerarse por separado mientras buscamos soluciones.
Espero escuchar a muchos de ustedes en la comunidad de productos pesqueros sostenibles para saber qué se llevaron de la reunión de la semana pasada trabajando juntos de maneras nuevas y más impactantes el próximo año.